Casa de Campo - Monte da Cabeça Gorda El Monte da Cabeça Gorda (de la Cabeza Gorda), es una pequeña propiedad con 3 hectáreas. Se encuentra apenas a 1 Km. al sur de la villa de Alcázobas. Las tierras planas de pastoreo y salpicadas de olivos seculares, son imágenes que se retienen, que evidencian el carácter y la idea bucólica que de alguna forma pueblan en nuestra imaginación la idea del Alentejo. Aquí el silencio es dominante, siendo interrumpido quizá por el ronronear de un tractor en sus tareas agrícolas, o bien por el balar de ovejas que, atentas y “pensativas”, pastan en el remanso de una vida sobre la cual el tiempo parece no haber pasado. Los colores, dominados por los verdes en el invierno y por los ocres en el verano, acentúan y transforman repetidamente el paisaje, atribuyéndole “personalidades” dispares dependiendo de la estación del año. La casa con más de doscientos años, fue durante mucho tiempo un lagar de aceite. En una determinada época (no hemos conseguido averiguar cuándo) fue objeto de ampliación, pasando de un conjunto edificado a una zona habitacional y otras dependencias de apoyo a la actividad agrícola. De esta forma se agregó al lagar una habitación que habría funcionado como residencia de exploradores del referido lagar y a la que se le adjuntó más tarde una casona agrícola. Anexo a la casa surge, destacadamente, un objeto de extrema importancia: el horno. Con una bóveda cerámica, todavía y felizmente en buen estado de conservación, casi se traduce en un elemento escultórico que parece apelar, siempre disponible, su utilización. Probablemente habrá sido no sólo el horno de la casa, sino también uno de los de la zona que funcionaban y que era utilizado por la comunidad, como era frecuente entre las personas que por aquí residían. Es importante llamar la atención al portón noble, hoy convertido en entrada peatonal de la propiedad. Su porte, casi eclesiástico, poco o nada tiene que ver con la situación a la que da acceso. No conseguimos averiguar la razón de tan austero y “religioso” elemento, ni tampoco el porqué de exhibir en el exterior de la casa un azulejo datado en el siglo XVIII que representa una virgen y una cruz en su parte superior. Éste es sin duda un misterio histórico que, todavía, queda por esclarecer. Los antiguos espacios que servía de abrigo para los animales fueron convertidos en confortables habitaciones dobles, con capacidad para dos personas cada una, todas con calefacción y cuarto de baño privado. Directamente de cada habitación es posible acceder a la terraza y piscina y a una pequeña zona de estar exterior. En cuanto a la casona agrícola, hoy considerada obsoleta por la evolución tecnológica, es ocupada por cuatro apartamentos con capacidad para cuatro personas, contando cada uno con una habitación doble, una sala con cocina americana y cuarto de baño. Además cada apartamento dispone de una zona exterior, casi privada, en donde también se puede acceder a la piscina comunitaria. En lo que respecta a los espacios exteriores, y a los de la casa, están dedicados fundamentalmente a las actividades lúdicas. La terraza de la piscina permite agradables momentos de diversión, o de tranquilidad absoluta, durante el día y las noches del verano, funcionando como una colina o promontorio desde donde se disfruta un característico paisaje alentejano. La terraza del horno, anexa a la anterior, motiva las reuniones entre todos e invita a celebrar agradables comidas al exterior.